La nanomedicina ha ido en aumento en la última década. Gracias a las nanopartículas, la detección de diversas enfermedades como los trastornos cardiovasculares, Alzhaimer, diabetes o cáncer se ha vuelto menos compleja para un temprano tratamiento.
El panorama actual de la nanomedicina en Chile se reduce a centros de investigaciones universitarios que están desarrollando diferentes iniciativas enfocadas tanto en el diagnóstico como en el tratamiento de enfermedades.
Entre las estrategias terapéuticas, por ejemplo el Centro para el Desarrollo de la Nanociencia de la Universidad de Santiago (Cedenna), ha trabajado en la liberación de fármacos a partir de nanopartículas poliméricas, las cuales tienen la ventaja de que sus productos de degradación son metabolizados por el organismo; es decir, las nanopartículas cargadas con fármacos hechas a partir de biopolímeros son degradadas y eliminadas mediante procesos celulares que ocurren normalmente.
En este contexto y según la visión del investigador titular del Cedenna, Cristián Vilos, “el desarrollo en nanomedicina en Chile, y en el mundo, se encuentra aún en periodo de investigación; pudiendo ser clasificados en su gran mayoría en el desarrollo preclínico de fármacos y un menor porcentaje en estudios clínicos de fase I, II y III. No obstante, existen ya productos disponibles en el mercado, los cuales son específicos para ciertos tipos de cáncer y su uso todavía no está instaurado en los sistemas de salud”.
Para María Belén Camarada del Centro de Nanotecnología Aplicada de la Universidad Mayor, “a nivel nacional se han consolidado diferentes centros de investigación dedicados al desarrollo de la nanotecnología en distintas universidades. Las líneas de investigación más importantes en las que se enfocan estos centros son nanomateriales y nanoprocesos”.
Según Camarada, se proyecta que en el futuro la investigación en nanotecnología en Chile se incremente aún más en áreas de interés mundial como es la producción de energías limpias con menores costos y también en el área de la salud, desarrollando nuevos fármacos que resulten en tratamientos específicos, reduciendo costos, efectos secundarios y mejorando la calidad de vida de los pacientes.
La nanotecnología en medicina, también llamada nanomedicina, tiene relación con la aplicación de nanopartículas y con los llamados nanorobots que podrán, en un futuro, efectuar reparaciones a nivel celular. Sus aplicaciones están revolucionando la manera en que detectamos y tratamos las enfermedades, y hasta la fecha ya se han realizado importantes progresos que años atrás eran impensables.
Para que en Chile la nanomedicina sea parte de las tecnologías utilizadas comúnmente en la salud, “se requiere de una fuerte inversión en investigación y equipamiento de centros y laboratorios. Junto a esto, es necesario generar mayor interacción interdisciplinaria para conjugar distintos enfoques en la resolución de diversas problemáticas. Otro punto importante es la interacción de las universidades con las empresas. Se requiere aumentar esta relación para poder llevar soluciones nanotecnológicas a procesos industriales que permitan incrementar producción y abaratar costos”, comenta la doctora Camarada.
El desafío de la nanomedicina en Chile, está en poder transferir este conocimiento a la industria generando valor en la producción de los diferentes sectores económicos. En el caso particular de este país, que se caracteriza por ser minero, un desafío importante sería también generar nuevas aplicaciones y propiedades en relación a minerales estratégicos.
Por ejemplo, incorporando las nanopartículas de cobre, que actúan como antibacterianas, antifúngicas y antivirales en distintos accesorios de uso diario en lugares como el hogar, el trabajo e incluso el transporte para evitar y disminuir las posibilidades de transmisión de enfermedades por contacto.
Cristian Vilos de Cedenna cree que la nanomedicina es el futuro en tema de salud, pues “permitirá tratar enfermedades en forma precisa y directa, generando mínimos efectos adversos en los pacientes. Esto es también conocido como medicina personalizada”.
Asimismo, permitirá modular las propiedades farmacológicas de numerosos medicamentos mejorando su eficacia al ser administrados a las personas; y es útil para aplicar todas las tecnologías de edición genéticas que se encuentran actualmente en desarrollo.
Los avances son muchos y, entre ellos, se cuentan las aplicaciones en nanomedicina para la entrega de medicamentos (Drug delivery), que consiste en el empleo de nanopartículas para suministrar drogas, calor o luz a tipos específicos de células. Para esto, las partículas se diseñan de manera que puedan ser atraídas hacia las células afectadas, permitiendo su tratamiento directo. De esta manera se reduce el daño a las células sanas en el cuerpo, por ejemplo en la aplicación de tratamientos de quimioterapia.
La aplicación de nanotecnología en la medicina es un área de gran potencial, ya que puede aportar soluciones diversas: desde la generación de nuevos fármacos hasta la síntesis de nanomateriales para la reconstrucción de tejidos
Para la doctora Camarada, la nanomedicina será solo una de las piedras angulares de la medicina del futuro, y deberá complementarse con otras áreas, como la robótica y la inteligencia artificial, que también son claves para el avance en el cuidado de la salud de las personas.